Estoy seguro que la situación económica actual del país está muy del nabo; que los empleos no rinden; que usted no tiene de otra más que “cuidarme” el coche. Pero, ¿tales hechos le obligan a tratarme como me trata, tan despectivamente, al negarle la paga a un servicio que yo jamás le solicité?
Digo, no es por reclamarle ni nada, señor franelero. Puedo comprender completamente cómo se siente y yo no soy del tipo que emplea la majadería. No, en lo absoluto, mas vaya que tiendo a molestarme un poco. Y yo diría que usted no provoca más que yo, su servidor, escurra bilis. Con eso basta para externarle todo esto. Le explicaré el porqué de mi molestia.
Yo siempre he considerado que tener un auto es un verdadero placer. Transporte rápido, eficiente, personal, seguro, entre otras cosas. También es versátil para estacionarse al lado de la mayoría de las banquetas. Sin embargo, el problema con este último punto es, justamente, usted, señor franelero.
Sí, usted. ¿Por qué? No es tan difícil deducir la respuesta. Creo yo que todo trabajo es respetable. Y el suyo, lo es, porque gracias a su esfuerzo alimenta más bocas fuera de la suya, ¿es correcta mi afirmación? Eso no importa. El problema viene cuando usted pretende ganarse el pan sin esforzarse por él, señor franelero. ¿Que no es verdad lo último? No diga que no, sería un completo hipócrita.
Usted, como muchos otros, señor franelero, sólo aparece a la hora de cobrar. Cuando se le necesitó a la hora de estacionarse, estaba usted distraído, echando chal, como se dice. Sin embargo, no oculta su descaro al cobrarme algo injustamente cobrado, porque yo no le pedí me cuidara el coche y sólo se aparece hasta el final, cuando me dispongo a retirarme del cajón a su "cuidado".
¿Ya ve? Pide pago completo cuando el trabajo fue a medias, señor franelero. Ah, no se me vaya a ocurrir no darle nada porque, ay, de mí, me profana a mi madre, me maldice o sencillamente arde usted, señor franelero, en vengarse de mí al darle soberano llegue a mi vehículo. No, señor franelero, simplemente no está bien. No tengo la necesidad de darle algo si no hay buen servicio. Es como es con los meseros: su propa va de acuerdo al trato dado al consumidor.
Estoy de acuerdo. Hay quienes se toman como una verdadera ofensa que cobre por este "servicio". Y no creo se merezca tal escarmiento que a veces le dan, señor franelero. Usted es una persona, como yo, como aquellos que le tratan mal, como aquellos que le tratan bien, como aquellos que le ignoran. Merece buen trato por el hecho de ser humano. Pero tampoco abuse. Sea consciente, no todos vivimos lo mismo.
Seamos honestos, señor franelero. Si no agrega la cortesía, el ofrecimiento y el esmero a su trabajo, su empleo es sólo una parte agonizante de la sociedad. Usted no recibirá reconocimiento, será tachado, será minimizado. Será un don nadie, eso se lo aseguro, señor franelero. Es en trabajar el trabajo donde radica la mejora en las condiciones laborales y económicas. Créame, señor franelero.
Esfuércese.
esta buenisimo tu blog!!! nta esta incre!
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