miércoles, marzo 28, 2012

Engranaje

Sé que no podrás leer esto. O que si lo lees, todo lo que a continuación te escribiré será algo ya sabido para cuando pase este texto por tu ojos. Pero ahora tengo que dejar todo salir. Dejar que brote. Llevo más de tres semanas siguiéndote fervorosamente en Twitter. No sólo con el típico "follow", sino que, también, he visto cada uno de tus tuits desde que supe me dedicaste uno. Era un poco obvio para mí, y más tarde lo confirmaste con una pequeña frase que se te escapó, que interrumpiste y completé yo. En esas tres semanas, me he ilusionado mucho. Moviste uno que otro engrane y aquí me tienes pensándote a ratos. Tal vez más de lo que debería. Poco hemos vivido juntos, pero ya repasé varias veces lo que hemos hecho. Cosas pequeñas, repetidas una y otra vez. Me entusiasma y me altera; me moví a espacios desconocidos, fascinantes y atemorizantes. Estoy un tanto perdido, es tu culpa, y la verdad, lo agradezco. Son sensaciones que corrompen al alma de formas misteriosas. Una cosa llevó a la otra y henos aquí, pequeña. Como en un buen libro, espero impaciente el desenlace de ésta, mi pequeña historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario