viernes, enero 27, 2012

Estrellas muertas

"Esas palabras. Me dijiste gracias, gracias por todo. Y se asomó una tímida sonrisa..." 


Y es aquí cuando mi inspiración se acabó. Un segundo más tarde ya estoy pensando en otra cosa. Y se acabó mi gana de escribir o de lo que pretendía hacer; se esfuma. Luego...


Una mariposa revoloteó. Blanca, con ligeros toques verdes en las alas pasó volando toscamente por el cuarto. Viró, viró, viró y se salió por la ventana. Con ella se fue un pequeño deseo, envuelto en lágrimas melancólicas. Quizá no regrese. No sé siquiera si yo deseo regrese.


Quisiera que lloviera. Que las gotas cayeran y sintiera como mi alma se purifica. Que observara como se caen las costras putrefactas adheridas a una purulenta piel, la mía. Que viera cómo vuelvo a ser limpio. Libre. Agua, cae, cae sobre mí.


Un enchufe me acerca a placebos anti-soledad. Aquí estoy, aquí vivo. Aquí quiero quedarme, para no sentir que muero. Que me consumo por dentro. Una morfina para el corazón que fluye por mis venas, a través de un chispazo eléctrico, transistores, capacitores y su respectiva tarjeta madre.


Estrellas muertas. Estrellas que absorben. Estrellas que consumen. Estrellas que reaccionan. Estrellas que brillan hasta apagarse. Estrellas vivas que alumbran tanto como hoyos negros. Alumbradores de planetas. Calcinadores de asteroides. Muerte, luz y claroscuros del Universo.

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