domingo, enero 29, 2012

Génesis

Hoy sentí el Universo fluir por mis venas. Un chispazo súbito en que dejé de ser materia y fui energía. No éramos muchos; éramos uno solo. Una sola ola vibrante, un solo suspiro; un solo ser.
Soy polvo de estrella hecho carne. Soy hijo de una supernova, de un hoyo negro y de un asteroide. Soy un sueño, soy una ilusión, y al mismo tiempo, soy materia pensante. Regresaré con mi familia estelar algún día. Sepan que ése será mi destino. Morid, hijos del Universo, que de ustedes nacerán galaxias enteras.

viernes, enero 27, 2012

Estrellas muertas

"Esas palabras. Me dijiste gracias, gracias por todo. Y se asomó una tímida sonrisa..." 


Y es aquí cuando mi inspiración se acabó. Un segundo más tarde ya estoy pensando en otra cosa. Y se acabó mi gana de escribir o de lo que pretendía hacer; se esfuma. Luego...


Una mariposa revoloteó. Blanca, con ligeros toques verdes en las alas pasó volando toscamente por el cuarto. Viró, viró, viró y se salió por la ventana. Con ella se fue un pequeño deseo, envuelto en lágrimas melancólicas. Quizá no regrese. No sé siquiera si yo deseo regrese.


Quisiera que lloviera. Que las gotas cayeran y sintiera como mi alma se purifica. Que observara como se caen las costras putrefactas adheridas a una purulenta piel, la mía. Que viera cómo vuelvo a ser limpio. Libre. Agua, cae, cae sobre mí.


Un enchufe me acerca a placebos anti-soledad. Aquí estoy, aquí vivo. Aquí quiero quedarme, para no sentir que muero. Que me consumo por dentro. Una morfina para el corazón que fluye por mis venas, a través de un chispazo eléctrico, transistores, capacitores y su respectiva tarjeta madre.


Estrellas muertas. Estrellas que absorben. Estrellas que consumen. Estrellas que reaccionan. Estrellas que brillan hasta apagarse. Estrellas vivas que alumbran tanto como hoyos negros. Alumbradores de planetas. Calcinadores de asteroides. Muerte, luz y claroscuros del Universo.

sábado, enero 14, 2012

Tercer piso

Lo confieso. No vi el video completo. No me gusta ver videos muy largos. Y, sin embargo, lo poco que vi, hizo que brotaran las más diversas sensaciones.
Ese olor, ese particular olor de la Redacción. Sus tiktaktiktak repetitivos. Las espaldas encorvadas, tecleando. "Hola", saludan algunos; las espaldas se enderezan, voltean hacia arriba, contestan y regresan a su habitual concentración de redactar. Un "enter" y listo. Una nota más que llega a Talleres.
Él me contó muchas veces lo que fue antes de las computadoras. Lo que era el "hueso", lo que era teclear en Olivettis y Remingtons, lo que era un linotipista y los moldes de plomo que manufacturaban.
Durante un tiempo, la Redacción fue parte de mi vida. No recuerdo si fue parte de mis aspiraciones, pero estoy seguro de que es una las cosas que quiero; sin embargo, es de ésas cosas que prefiero apartar de mí.
Casi toda mi vida ha revoloteado alrededor del Periódico de la Vida Nacional. Y muchos eventos en ella fueron por culpa de aquel tercer piso. La Esquina de la Información albergó a mi familia, la acogió y le dio sustento. El búho vio cómo la Línea Privada se escribió en la calle, mientras en mi casa se gestaba una Revolución, de la cual sufrí su daño colateral.
Excélsior vio a mis padres caer. Excélsior vio a mis padres irse. Excélsior quiere verme. Pero yo no quiero.
Yo no quiero caer. Yo no quiero desvanecerme entre lo que fue y lo que ahora es el tercer piso. Yo no quiero formar parte de un mundo que amo, pero que aborrezco. Yo no quiero caer. Yo no quiero destruir. Yo no quiero morir.
Muerte a mí mismo.
O muerte al periodismo

domingo, enero 08, 2012

Crónicas - Caldo

Ora sí que me he sorprendido. Son más de la una de la mañana y quiero un caldo de pollo. Así, uno de esos labrados a la antigua, cocinado en una olla tan grande como los tambos de los tamales, en un local humilde y pequeño donde te exhiban los pollos destripados en una grasienta vitrina, al lado de las mesas. Me siento un poco embarazado *risas*
Sí, uno de esos ricos caldos donde solía llevarme mi padre. Sigo siendo melindroso para casi cualquier cosa que no sea un deshebrado. Sin embargo, tienen su toque. Ese olor tan particular y penetrante de un destilado de lípidos humeantes llega a la nariz y provoca hambre. Una cucharadita de chile molido, un poco de pan o unas tortillas, y ¡listo! A comer, se ha dicho.
Eso sí, nunca hay que abusar del irritante chile: en ocasiones, ponerle demasiado al caldo anula el sabor del mismo pollo, volviéndolo incomestible y una potencial bomba contra nuestro sensible estómago. Hay quienes, también, optan por omitir el picante y sólo vierten limón. Están en su derecho, puesto que un caldo solo, sin algo que modifique su sabor a pollo sin nada, no es más que un vil caldo.
Caliente, despidiendo vapores olorosos, con volumen y con un buen color. Quiero un caldo de pollo. Rico, caliente y recién hechecito. Como siempre debiera ser.



jueves, enero 05, 2012

Hemo

"I'm not here. 
This isn't happening. 
I'm not here."
How To Disappear Completely, Radiohead


Un corazón no se limita a vivir y bombear sangre.
No se limita a sólo ser un órgano que vive en nuestro seno.
No se limita a trabajar, a oxigenar y mantener.
No, no es así.
Es un ser despiadado. Chantajista y manipulador.
Contradice. 
Hiere y destaza.
Prefiere corroerse antes que perder el orgullo.
Prefiere cortar un brazo cuando sólo hace falta curar un dedo.
Cruel, en segundos vuelve en demencia
un trozo de cariño. 
Se jacta de tener sentimientos.
No tiene, siquiera, empatía.
Es un ser despiadado. Chantajista y manipulador.
Traiciona a quien lo porta,
acuchilla a quien lo use.
Le entrega arrepentimiento, tristeza 
y soledad,
a cambio de satisfacer sus deseos.
Y no contento con eso, 
continúa sus caprichos,
sus vicios y crímenes contra quien ose enfrentársele.
Es un ser despiadado. Chantajista y manipulador.
Un corazón no se limita a vivir y bombear sangre.
También es victimario.
Victimario de quien 
lo toca
sin conocer con quién está tratando.

domingo, enero 01, 2012

Bitácora del día

Así que mi año terminó en medio de sermón religioso. No me agrada. No, no me agrada. El incienso, el choro. Me engenté y preferí salir, respirar, ponerme audífonos y perder mi tiempo desde la homilía. Llegando a casa de la tía después de la fundamental misa, aún más choro; ahora ritual pagano mezclado con creencia católica (calzones, maletas, rituales, mamadas y así). 
Me moría de hambre. En Televisa pasaron su fundamental especial de todos los años. Vimos la cuenta y pos cuatro veces dong, dong, dong. Rano Pano de Mogwai me había puesto muy perdido. Lost in space. Divagué mucho antes de sentarme a comer, de brindar, de las uvas y de que, por culpa de una confusión, casi le estampo un beso al primo (juro que fue mala sincronización). Cosas bonitas, que entibiaron mi cabeza un muy buen rato, rondaron por ahí, errantes y sin rumbo. Y yo, igual.
Luego vino la cena. Sólo había desayunado y eso fue a las 11 de la mañana. El bolillo no resistió el ataque brutal que lancé, el cual diezmó a su ejército en un 35%. Pavo en no sé qué, pasta en no sé qué y romeritos. Ya no aguanté pa'l pastel, y eso que esa parte fue nuestra contribución. 
Al final, vi a mi hermano quedarse dormido y me fui con él. Dormí media hora. Soñé algo; el intempestivo despertar media hora después me hizo olvidarlo. Sin embargo, estoy seguro que fue genial.
Son las 4:19 de la mañana. Me gustaría ver despertar el nuevo día del nuevo año. Probablemente no resista.
Bitácora's over. Cambio y fuera.