Dentro de 10 horas es mi examen y estoy emocionado. Mi reloj dice son la 4 de la madrugada y hace casi una hora que sonó mi teléfono. Lo esperé, previendo cualquier situación. Y apenas sonó, desperté.
Y haber esperado a que timbrara mi celular, debo admitir, valió la pena. Cada maldita palabra.
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