Hola, soy el Reprimido.
He habitado los confines de tu cerebro desde que sabes que existes, desde que percibes tu mundo. Yo soy aquél que alimenta y da vida a tus sentidos y tus instintos, el mismo que te condena cada que prefieres razonar por sobre cualquier cosa.
Sí, soy ese tipo molesto, irreverente y explosivo que no soporta vivir encerrado, que quiere la vida al más puro estilo hedonista. Que quiere saber cómo es la libertad.
Es un placer que me conozcas, aunque yo lleve mucho tiempo sabiendo de ti.
Compláceme o atente a las consecuencias de tus actos.
Hazme real, tangible y latente.
No me reniegues, como hiciera Pedro.
Yo soy tu voluntad, tu consuelo y tu inconformidad. Yo soy tu Dios, el que te dicta cómo se deben hacer las cosas en este mundo.
Y como un verdadero Dios, sé condenar a aquellos que osan no obedecerme.
Te he advertido.
Amigo mío, Reprimido, me iré al infierno?
ResponderEliminar