lunes, febrero 28, 2011

Carnal:

Son tantas las cosas, tantos los días, tantas las razones por las que me fui. Sé que me extrañas; yo también, aunque siento que no lo sientes así. Fueron muchos días en que nos viste darnos la espalda después de gritar, muchos días en que me viste llorar, en que, estoy seguro, la viste llorar, en que tú llegaste a llorar. Yo no quiero que vivas esto. Sé que duele. Sé que te duele mucho.
Son muchas las cosas que te quiero decir, pero por olvidadizo, descuidado y también irresponsable no te he dicho. Estoy seguro esto no lo vas a leer sino hasta dentro de unos años; incluso, es posible que no lo leas nunca. Pero no importa.
Quiero decirte que estoy aquí. Por ti. Eres mi carnal, mi pequeño carnal. El que siempre quise tener, que apareció en mi vida nomás porque a la vida se le dio darme un hermanito, y a ti darte un mundo nuevo donde pudiese enseñarte todo lo que el tiempo me enseñó a apreciar. 
No soy la mejor persona, jamás lo seré. Sólo soy alguien más, que ocupa un espacio en el espacio. Sin embargo, yo soy aquel que puedes llamar tu hermano, que te ayuda (aunque a veces se ponga de roñoso, discúlpame), que tanto te quiere y que sé tanto quieres.
Cuando supe uno de mis significados de la vida, me propuse que fueras mejor que lo que yo alguna vez fui. Y sabes, me siento muy orgulloso. 
Nada más tienes cinco años. Pero, eso no te impidió haberme dejado atrás.
Me da mucho gusto ser tu hermano.
Te quiero mucho.

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