martes, marzo 12, 2013

Papá.

Creo entender mejor cómo fuiste.
Sé que tú viviste una versión extremista de mi vida.
Además, ellos dos vivían juntos.
Pero, quizá, la intención siempre fue ésa: huir.

Gracias a que huiste, te viste obligado a madurar.
Porque huiste, trabajaste.
Porque huiste, viviste al día.
Porque huiste, ella jamás te volvió a tocar.

Quizá es por eso que mencionas tanto ese episodio.
Quizá es tu mayor orgullo, saber cuándo crecer y olvidar.
Porque no los dejaste de querer, pero los necesitabas lejos.
Porque te estorbaban y te impedían volar.

Así fuiste lo que quisiste,
una manifestación total y absoluta de ti.
Enjuta, solitaria, pasando muchas penurias,
pero te tenías a ti, solo, al fin.

Y sí, eso es lo que yo más admiro de tu persona.
Tu capacidad de echarte a correr, sin mirar atrás.
Supiste que eso era lo que necesitabas para crecer.
Ahora me toca, pero yo no sé si podré.

Enfrenta tus miedos, enfrenta tus delirios,
salva tu mente, salva tu patria
salva lo que más ames, salva lo que eres,
porque en esta tierra sólo el existe
el perdón de uno mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario